
"Numerosos estudios revisados por el profesor Edward C. Chang sugieren que para disfrutar y tener éxito en el trabajo, además de aptitud y motivación para desempeñar la tarea, se requiere un nivel razonable de optimismo.
La disposición optimista ayuda a confiar en la propia competencia, a poner empeño en la labor, a no rendirse ante las dificultades y a conservar una apariencia de seguridad.
La disposición optimista ayuda a confiar en la propia competencia, a poner empeño en la labor, a no rendirse ante las dificultades y a conservar una apariencia de seguridad.
En el ámbito del trabajo, el temperamento optimista se alimenta de 3 fuentes:
1.- La conciencia que mantiene la persona de sus logros laborales del pasado,
2.- Las explicaciones positivas que da a las vicisitudes que surgen,
3.- y la esperanza que alberga de conseguir sus objetivos.
Los hombres y las mujeres que encuentran aspectos favorables en las vicisitudes de su empleo u ocupación se sienten por lo general más satisfechos que quienes enfocan predominantemente las facetas desfavorables". (Luis Rojas Marcos, 2005)
En cuanto al primer y segundo punto remarcar que son tan importantes las atribuciones que damos a los problemas y dificultades que tenemos, que el propio hecho de superarlos.

Ver es creer. Ver conseguidos los retos es parte inicial y fundamental de la superación de cualquier reto.
Cuando me veo haciendo algo, logrando algo, en parte muy importante ya lo he conseguido.
La destreza y la preparación previa me irán ayudando en dicha visión.
Comentarios