El control lleva a la obediencia; la autonomía al compromiso.

Quisiera compartir las aportaciones de la lectura de un libro que me ha resultado muy esclarecedor en lo referente a lo que nos motiva e impulsa a esforzarnos todos los días.

Se trata de "La sorprendente verdad de sobre lo que nos motiva", que describe los descubrimientos sobre la motivación intrínseca, motivación basada en el placer, en concreto en lo creativa que se siente una persona cuando trabaja en un proyecto, siendo este el impulso más fuerte y persuasivo.

El autor nos describe, que en los momentos actuales, para alcanzar la motivación de nuestros equipos debemos apostar por nuevos sistemas operativos en la empresa (cuando habla de sistemas operativos se quiere referir a aquellos modelos y sistemas construidos a partir de las leyes, costumbres sociales, suposiciones y conjunto de ideas sobre el comportamiento humano que se dan en las empresas), ya que los construidos actualmente en base a los motivadores externos, tipo palo y zanahoria, no sólo no funcionan sino también a menudo, suelen provocar resultados contrarios a los pretendidos, ya que tienen la posibilidad de convertir una tarea interesante en una carga, de transformar el ocio en trabajo.


¿Por qué el antiguo modelo no funciona actualmente?, porque a este se le observan hasta siete fallos: 

  1. pueden eliminar la motivación intrínseca;
  2. pueden reducir el rendimiento; 
  3. pueden aplastar la creatividad; 
  4. pueden desbordar la buena conducta; 
  5. pueden potenciar la trampa, los atajos y la conducta poco ética; 
  6. pueden volverse adictivos y 
  7. pueden potenciar el pensamiento a corto plazo.

Por eso, cuando estemos ante una tarea rutinaria y el uso de recompensas sea el pensemos utilizar, deberemos llevar cuidado con:
- Ofrecer una explicación lógica de por qué la tarea es necesaria. Un trabajo trabajo que no es interesante puede adquirir más sentido y, por tanto, volverse más atractivo, si forma parte de una misión más noble.
- Reconocer que es la tarea es aburrida. Se trata de un gesto de empatía pero nos podría ayudar a conectar más con nuestros trabajadores.
- Permitir que cada uno la haga a su manera. Piensa en autonomía, no en control. Deja claro el resultado que necesitas, pero en vez de especificar claramente la manera de alcanzarlo, dales la libertad para hacerlo como quieran.

Así, y si se requiere ir más allá adoptando nuevos modelos de gestión, los nuevos modelos deberán contener tres elementos esenciales:

1) La AUTONOMÍA, o el deseo de dirigir nuestras propias vidas. 
Nuestro estado por defecto es ser autónomos y autogestinarnos. 
Para promover una conducta Tipo I, y el alto rendimiento que permite, el primer requisito es la autonomía. La gente necesita ser autónoma sobre su trabajo (lo que hacen), el tiempo (cuándo lo hacen), su equipo (con quien lo hacen) y su técnica (cómo lo hacen). 
Las empresas que ofrecen autonomía, están superando a sus competidores.

2) El DOMINIO, o la urgencia de mejorar más y más en algo importante. 
Sólo a través del compromiso podremos alcanzar el dominio, mejorando en aquello que realmente importa.
El dominio empieza por la "fluidez": experiencias óptimas que se dan cuando existe sintonía entre los retos que afrontamos y el nivel de nuestras capacidades. 
Los entornos de trabajo astutos, por tanto, complementan las actividades diarias con tareas ni muy fáciles ni muy difíciles.

Una de las fuentes de frustración en el trabajo es el frecuente desajuste entre lo que la gente debe hacer y lo que puede hacer. 
Cuando lo que deben hacer sobrepasa sus capacidades, les provoca ansiedad. 
Cuando está por debajo de sus capacidades, el resultado es el aburrimiento.

Pero el dominio obedece a tres leyes particulares
es una perspectiva mental (requiere la capacidad de ver tus destrezas no como finitas, sino como infinitamente improbables), 
el dominio es una lata (ya que exige un esfuerzo, agallas y práctica deliberada)
una asíntota, osea que es imposible alcanzar plenamente, lo cual lo convierte en frustante y seductor al mismo tiempo.

y 3) la FINALIDAD, el anhelo de hacer lo que hacemos al servicio de algo más allá de nosotros mismos, más grande y duradera. 
La persona autónoma que trabaja para alcanzar el dominio rinde a niveles muy altos, pero los que lo hacen al servicio de un objetivo superior pueden lograr todavía más. 
La gente más profundamente motivada, por no mencionar a aquellos que son más productivos y están más satisfechos, asocian sus deseos a una causa más importante que ellos mismos. 

De alguna forma, uno no puede vivir una existencia realmente excelente si no siente que pertenece a algo superior y más permanente que uno mismo.







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